La canción de Guantánamo de Khalid Sheikh Mohammed

¿“Confesión” o propaganda del gobierno de Bush?


por Larry Chin


Según una trascripción de un tribunal militar en Guantánamo recientemente publicada por el gobierno de Bush, el “cerebro de Al-Qaeda” Khalid Sheikh Mohammed ha “confesado” que dirigió los ataques del 11-S, y que fue total o parcialmente responsable por más de 30 otros complots y ataques terroristas. Con esta “confesión,” el misterioso Khalid Sheikh Mohammed (o “KSM”) se convierte en el máximo y solitario chivo expiatorio para virtualmente todos los ataques atribuidos a “Al-Qaeda” antes del 11-S, y hasta su supuesto arresto en 2002.

En lugar de acabar con todas las dudas sobre el 11-S, la “confesión” de KSM reconcentra todas las pesquisas sobre el papel del gobierno de Bush tras la operación de inteligencia militar del “terrorismo” del 11-S-Al-Qaeda y la fabricación de la leyenda de KSM.

La repentina propensión de KSM a cantar de plano llega en el momento en el que implosiona el conciliábulo Bush-Cheney y se ve acosado por escándalos, dificultades políticos y la indignación del público.

Más importante aún es que la “confesión” de KSM no menciona los problemas fundamentales y las preguntas sin respuesta que subyacen a la “guerra contra el terrorismo”:


¿Quién o qué es Khalid Sheikh Mohammed?

Como Osama Bin Laden, KSM sigue siendo una leyenda propagandística, y una de la multitud de pistas falsas no encaradas por el gobierno de USA.


El misterio que rodea a Khalid Sheikh Mohammed

Una serie de artículos de investigación de Chaim Kupferberg en 2002 sacó a la luz evidencia crítica y preguntas condenatorias sobre KSM, “Al-Qaeda”, el ISI, el 11-S, y la mano conductora del gobierno de Bush tras todo el asunto.

Sigue sin confirmación si KSM fue realmente capturado en 2002, como se afirma, o si fue efectivamente llevado a la prisión para ser interrogado. En realidad, muchos informes verosímiles de la corriente dominante sugieren que KSM está muerto, y que nunca llegó a ser detenido.

No hay ni una pizca de prueba verificable para confirmar ningún aspecto de KSM – o la veracidad de este nuevo tribunal. Sólo tenemos la palabra de un gobierno criminal de Bush, y de la CIA.

Como escribiera Mike Ruppert en “Across the Rubicon”:

El gobierno de USA no ha presentado – en público o para el único y fracasado enjuiciamiento penal por el 11-S en Alemania de Mounir el Motassadeq – ni a bin al-Shibh o a KSM como testigos esenciales. Ningún simple ser mortal tampoco ha visto a alguno de ellos desde sus supuestas capturas. Informes verosímiles afirman que KSM fue muerto. Cualquier información que supuestamente ha provenido de esos sospechosos “capturados” ha llegado en forma de ‘enjuiciamiento por comunicado de prensa’ del gobierno. Nada ha sido autenticado independientemente en alguna circunstancia.”

Esto crea la posibilidad de que toda la leyenda de KSM sea, como toda la leyenda de “Al-Qaeda”, una mentira; un obvio trabajo propagandístico.

El propio testimonio (que analizamos en más detalle a continuación) está lleno de contradicciones y preguntas sin respuestas. Pongamos por caso que incluso si un KSM en vida hubiera realmente aparecido ante un tribunal para que se registraran sus declaraciones, los hechos dominantes siguen siendo los siguientes:

1. Si Khalid Sheikh Mohammed es de “Al-Qaeda”, es un activo de la inteligencia de USA.

2. “Al-Qaeda” es una red de la inteligencia militar de USA, utilizada exclusivamente por cuenta de la política belicista geoestratégica anglo-USamericana. “El terrorismo islámico” (creado por la CIA) y “Al-Qaeda” sirven como fachada a operaciones y terrorismo encubiertos de USA, y como instrumentos del gobierno de Bush. Los agentes de “Al-Qaeda” han sido consciente o inconscientemente agentes de USA y entrenados por USA, operando en unidades divididas en compartimientos, a quienes se ordenó y/o guió a cumplir sus papeles. Algunas historias de “Al-Qaeda”, tal vez incluso KSM, son patrañas absolutas; fantasías extremas.

3. Los hechos históricos han sido ampliamente documentados y exhaustivamente descritos en “America’s War on Terrorism” de Michel Chossudovsky, “Across the Rubicon” de Michael C. Ruppert, y numerosas fuentes de investigación.

Es ridículo creer la noción de que KSM y los activos de “Al-Qaeda” solos puedan haber realizado el 11-S: una operación que requirió años de política geoestratégica de USA para ser organizada, la participación de inteligencia de USA y afiliada a USA, procedimientos realizados por agentes USamericanos sobre suelo de USA, control del gobierno de USA (comando y control) a través de los niveles máximos de Bush-Cheney.

Toda la evidencia del 11-S apunta directamente al gobierno de USA y a la administración Bush, y a ninguna otra parte. Por más que la desinformación altere u oculte este hecho.


El día de KSM en Guantánamo

Que la confesión de KSM llegue a través de un tribunal militar en el complejo de Guantánamo provoca de inmediato varias señales de peligro.

Guantánamo en sí es una operación totalmente ilegal; el cuartel central de la operación de prisiones militares criminales y de tortura del gobierno Bush. Incluso periodistas corporativos dominantes (incluyendo a Helen Thomas) ya han presentado dudas sobre la posibilidad de que la confesión de KSM haya sido obtenida mediante la tortura. KSM dijo varias veces durante su actuación que no estaba bajo presión, y que simplemente “cantaba” por su propia voluntad. Sin embargo, Guantánamo, y el papel de los interrogadores de la CIA, mancillan de inmediato el testimonio.

La fiabilidad de KSM es un problema más. Según el New York Times: “no está claro cuántas de las extensivas afirmaciones de Mohammed son legítimas. En 2005. la propia comisión del 11-S [en sí misma un masivo encubrimiento oficial] dijo que Mohammed se destacaba por sus extravagantes ambiciones y, utilizando sus iniciales, describió su visión como ‘un espectáculo de destrucción en el que KSM es la estrella auto-asignada, el superterrorista.’”

Un problema final: sólo KSM ha “confesado.” Dos otros conocidos agentes de Al-Qaeda detenidos, Abu Faraj al-Libi y Ramzi bin al-Shibh se han negado a cooperar con los funcionarios de USA, hasta que puedan ser juzgados según principios judiciales apropiados. ¿Por qué? ¿Cuáles agentes de “Al-Qaeda” están realmente vivos (si hay alguno)?

Incluso si es simplemente aceptado tal cual (de nuevo, supongamos), el tribunal, según toda la trascripción, fue un asunto extraño y a veces humorístico, supervisado por agentes anónimos de inteligencia de USA, al que supuestamente asistió KSM, un traductor y un ‘representante personal,’ supuestamente un teniente de la Fuerza Aérea de USA.

Según la trascripción fuertemente editada, a KSM se le pregunta primero por su destreza con el idioma inglés. KSM, de modo extraño, responde declarando su preferencia por el inglés, pero obtiene un arreglo mediante el cual algunas de sus declaraciones son traducidas. El resto de las declaraciones de KSM (las que no son leídas por el representante personal) son divagaciones, desarticuladas, y repletas de mal inglés y de incongruencias. ¿Habla o no KSM suficiente buen inglés para lanzar argot de estilo USamericano?

El tribunal presenta a continuación la lista de afirmaciones contra KSM, acusándole de “dirigir” los ataques del 11-S, sobre la base de evidencia de discos rígidos de ordenador capturados durante su arresto. La evidencia confiscada incluye licencias de piloto para los presuntos 19 secuestradores del 11-S, copias de sesiones de chateo de Internet entre los agentes, planillas de transferencias de dinero, y procedimientos operativos y guías de entrenamiento para células de Al-Qaeda.

A pesar del hecho de que cada una de estas afirmaciones ha sido desenmascarada o cargada de preguntas sin respuesta, KSM no intenta ninguna defensa.

KSM pasa a sugerir a continuación, en un extraño intercambio de palabras con el tribunal, que fue maltratado (torturado) por interrogadores de la CIA después de su arresto en 1993, y luego de su transferencia a Guantánamo en 2006. Esta parte fue considerablemente editada.

En este punto del juicio, KSM, repentina y espontáneamente, “se pone a cantar.”

KSM procede a afirmar, en el argot perfecto de un USamericano: “Yo fui responsable por la operación del 11-S, de A a Z.”

El “representante personal” (el oficial de la Fuerza Aérea de USA) pasa entonces a leer una prolongada lista de confesiones supuestamente escrita por KSM. KSM declara que él, no Osama bin Laden, fue el “comandante operativo de todas las operaciones en el extranjero” para Al-Qaeda, así como el jefe de “operaciones mediáticas” (bajo el doctor Ayman Al-Zawahiri).

KSM toma la responsabilidad por la frustrada Operación Bojinka de 1995 de ataque con bombas y secuestro, del atentado de 1993 contra el World Trade Center, del intento de atentados contra hitos de Nueva York, Chicago y Londres, un atentado contra el Canal de Panamá, de ataques contra embajadas de USA e Israel en todo el mundo, y del atentado terrorista de Bali. KSM también se responsabiliza por intentos de asesinato contra los ex presidentes Jimmy Carter y Bill Clinton, contra Henry Kissinger, el Papa Juan Pablo II, así como por dirigir intentos de desarrollo de armas químicas y bombas sucias de Al-Qaeda.

Además de estas afirmaciones extravagantes, KSM afirma que él “compartió” la responsabilidad por el asesinato de Daniel Pearl. El asesinato de Pearl, según KSM, no fue una operación de Al-Qaeda y “no estuvo conectado con UBL (Osama bin Laden)” sino que se trató de una operación de los “Muyahidines Paquistaníes.” Sugiere que Pearl estaba conectado con la CIA y el Mossad.

El nuevo giro respecto al asesinato de Daniel Pearl no responde a las numerosas preguntas sin respuesta provocadas por el análisis del asesinato de Pearl por Kupferberg. Es interesante que ambas versiones apunten a la participación del ISI de Pakistán, virtualmente un brazo de la CIA. En realidad, la versión de KSM implica más enfáticamente al ISI. Y, por extensión, a la CIA.


Desesperación del gobierno de Bush

Kupferberg escribió lo siguiente en 2002:

“Queda por ver cómo las autoridades tratarán de modo concluyente las ulcerantes anomalías que rodean a sus tres trofeos principales – el elusivo Binalshibh, el posiblemente muerto Khalid, y el tal vez ficticio Mustafa Ahmed al-Hisawi. Sin embargo, es algo seguro que mientras tanto las autoridades seguirán tejiendo tapices más complejos y tenebrosos alrededor de las personalidades de esos agentes, empleando los talentos mercenarios de escritores como Gerald Posner para aumentar el sedimento en desintegración de los ‘hechos’.”

Si suponemos que la “confesión” de KSM es, como el resto de la operación “Al-Qaeda”, otra grotesca patraña propagandística, dice mucho sobre el modo de pensar actual del aparato de inteligencia del gobierno de Bush.

Ese gobierno encarroñado está ahora tan desesperado por resucitar el poder que capturó con el 11-S, que no sólo ha seguido vomitando viejas mentiras del 11-S y engaños criminales totalmente desprestigiados (como el vínculo entre el 11-S e Iraq, que sigue siendo repetido de manera militante por Dick Cheney), parece estar dispuesto a reescribir todo el guión, incluso si significa que contradice sus previas teorías conspirativas.

¿Por qué motivo han identificado a KSM como el “cerebro” del 11-S, después de pasar años insistiendo en que Osama Bin Laden y Mohammed Atta fueron los “cabecillas”?

¿Por qué se nombra a KSM (“confesó”) como el único responsable por virtualmente cada ataque y complot terrorista de importancia desde los años noventa? El gobierno de Bush está obviamente desesperado por crear la apariencia de un triunfo para sí mismo en sus últimos meses. ¿Trata el gobierno Bush (Karl Rove) de escribir un guión propagandístico de “triunfo” con la casi segura ejecución secreta de KSM, el “cerebro” del 11-S?

¿Hallarán a todas las pistas falsas, incluyendo a Osama Bin Laden, y serán “liquidados” de manera espectacular, permitiendo a Bush-Cheney que se proclamen “vencedores de la ‘guerra contra el terrorismo’” cuando llegue 2008?


Fuente: GlobalResearch / Rebelión
Traducción de Germán Leyens


Véase también sobre el mismo tema:
La prensa internacional, indiferente a la tortura