La nueva receta de la Rand Corporation para manejar al mundo musulmán



por Abdus Sattar Ghazali


La Rand Corporation, el semioficial think tank estadounidense, sugiere crear redes de los llamados “musulmanes moderados” para impulsar los objetivos políticos de Estados Unidos en el mundo musulmán.

En su último informe, titulado Building Moderate Muslim Networks [“Construyendo redes de musulmanes moderados”] la Rand Corporation defiende que la construcción de redes de “musulmanes moderados” debe convertirse en un objetivo explícito de la política de los Estados Unidos, con un banco de datos internacional de miembros y un plan bien diseñado.

Exactamente igual que hicieron cuando combatieron la difusión del comunismo durante la Guerra Fría, los Estados Unidos deben hacer un esfuerzo para desarrollar y apoyar redes de “musulmanes moderados”, quienes a menudo son silenciados por “islamistas radicales violentos”, afirma el informe de la Rand Corporation publicado el 26 de marzo de 2007. El redactor principal del proyecto, Angel Rabasa, dice que los Estados Unidos tienen la tarea clave de apoyar a los “musulmanes moderados”, que pueden aprender mucho de la forma en que los Estados Unidos se enfrentaron a la difusión del comunismo durante la Guerra Fría.

“Los esfuerzos de los Estados Unidos y sus aliados para construir redes e instituciones libres y democráticas supusieron un contrapeso organizativo e ideológico a los grupos comunistas, que pretendían llegar al poder a través de organizaciones políticas, sindicatos de trabajadores, organizaciones juveniles y estudiantiles y otros grupos.”

El informe define como un “moderado” al musulmán que apoye la democracia, la igualdad de género, la libertad de culto, y se oponga al terrorismo. El informe parece ser una ampliación de otros dos precedentes: Civil Democratic Islam: Partners, Resources and Strategies [“Islam democrático civil: miembros, recursos y estrategias”] (marzo de 2004) y US Strategy in the Muslim World after 9/11 [“La estrategia de los Estados Unidos en el mundo musulmán tras el 11-S”] (diciembre de 2004) – que también sugieren apoyar a “musulmanes moderados”, así como explotar las diferencias religiosas que puedan existir entre los musulmanes. Es interesante que sea un novelista metido a investigador, Cheryl Benard, el que sea el autor de Civil Democratic Islam y el coautor de los informes de diciembre de 2004 y de marzo de 2007.

En el estudio de diciembre de 2004 Rabasa ya había sugerido explotar las divisiones entre sunníes y chiíes, y entre árabes y no árabes, para impulsar los objetivos políticos de los Estados Unidos en el mundo musulmán. Recogiendo esta misma línea, el último informe recomienda dirigirse a activistas, líderes e intelectuales musulmanes de países no árabes, como Turquía, el Sudeste de Asia y Europa.

El informe recomienda tener como blanco a cinco grupos, como potenciales piezas claves para construir esas redes: universitarios e intelectuales musulmanes liberales y laicos, jóvenes expertos religiosos moderados, activistas comunitarios, grupos de mujeres implicadas en campañas de igualdad de género, y periodistas y especialistas moderados.

El informe alerta de que los “grupos moderados” pueden perder su credibilidad –y por lo tanto su eficacia– si el apoyo que reciben de los Estados Unidos es demasiado evidente. Entre las tácticas eficaces que funcionaron durante la Guerra Fría estaba el que los grupos aparecieran dirigidos por individuos con credibilidad propia, y que los Estados Unidos mantuvieran cierta distancia respecto a las organizaciones que estaban apoyando. “Esto se conseguía no controlando en todos los detalles a los grupos, sino dejándoles suficiente autonomía”, afirma Rabasa. “Siempre que siguieran determinadas líneas directrices, estos grupos eran libres para realizar sus propias actividades”.

Para ayudar a poner en marcha esta iniciativa, el informe recomienda trabajar hacia una conferencia internacional, cuyo modelo sería el “Congreso para la Libertad de la Cultura” de la época de la Guerra Fría, y desarrollar a partir de ahí una organización permanente para luchar contra lo que llaman “islamismo radical”.

La reciente reunión de la Secular Islam Conference [“Conferencia del Islam Laico”] en St. Petersburg (Florida) casi coincidió en el tiempo con la publicación de este último informe de la Rand Corporation. Un pequeño grupo de autoproclamados “musulmanes laicos” de Norteamérica y de otros lugares se reunió en St. Petersburg en lo que calificaron como un nuevo movimiento global para corregir los errores del Islam y hacer una llamada a la “Reforma islámica”.

La conferencia de St. Petersburg fue retransmitida en directo en el show en la CNN del islamófobo Glenn Beck. Algunos de los organizadores y conferenciantes eran bien conocidos gracias a la atención mediática que suelen recibir: Irshad Manji, autor de The Trouble with Islam [“Lo que falla en el Islam”], y Ayaan Irsi Ali, antigua parlamentaria holandesa y autora de Infidel [“Infiel”], y algunos otros que decían haber sufrido personalmente a manos del “Islam radical”. Un participante, Wafa Sultan, declaró al show de Glenn Beck que no veía "ninguna diferencia entre el Islam radical y el Islam normal”. Otros participantes eran el ahora público ex-musulmán Ibn Warraq y el autoproclamado ex-terrorista Tawfiq Hamid.

Sin duda, estos “musulmanes moderados” son apoyados porque sus ideas reflejan una visión occidental sobre el futuro del Islam. Desde el 11-S, todos desde los altos cargos de la administración Bush hasta los escritores anti-Islam, han prescrito su remedio preferido para el Islam: la reforma de la religión.

Los informes de la Rand Corporation sobre el Islam parecen ser parte de una vasta estrategia para “cambiar el aspecto del Islam”, tal como reveló el US News and World Report del 15 de abril de 2005. Este número llevaba por título: Corazones, mentes y dólares: en un frente invisible de la Guerra contra el Terrorismo, América está gastando millones… para cambiar el aspecto del propio Islam. Debe leerse: “Desde los equipos militares de operaciones psicológicas o las actividades encubiertas de la CIA, hasta los medios de comunicación públicos y los think tanks, Washington está empleando miles de millones de dólares en una campaña no sólo para influir en las sociedades musulmanas, sino también en el Islam como tal”.

Según las filtraciones del US News and World Report, esta estrategia ya estableció en un primer momento que los Estados Unidos, en aras de su seguridad nacional, tienen interés en influir en lo que sucede en el interior del Islam. Del mismo modo, el informe confirma que son de hecho los Estados Unidos quienes han fundado una “versión americana del Islam”, llamada “el Islam moderado”.

Los informes de la Rand Corporation intentan crear una visión ficticia de los musulmanes y del Islam, en la que aparecen como antihumanos, inmovilistas, autoritarios, e intrínsecamente en contra de las sociedades occidentales. Es una visión etnocéntrica del Islam, dominante en las actuales representaciones reductivas y predominantemente negativas, que fomenta una cultura de islamofobia.

Lo que no se menciona en los informes de la Rand Corporation es que la razón para el distanciamiento de los musulmanes respecto a Occidente es la práctica descarada de un “doble rasero” cuando se trata de países musulmanes. Los Estados Unidos de América ya tienen una imagen muy desgastada en el mundo musulmán. Han conseguido atraerse la antipatía de una gran mayoría de los musulmanes en todo el mundo gracias a su equivocada política internacional. ¿Quién en su sano juicio podría creer que esa agresión contra el Islam y los musulmanes les harían ganar amigos en el mundo musulmán?

Y unas palabras sobre la Rand Corporation, el semioficial think tank con sede en Washington. La Rand Corporation realiza análisis, entre otros departamentos gubernamentales, para la Oficina del Secretario de Defensa, el Joint Staff, los Mandos Unificados, las agencias de defensa, el Departamento de la Marina de Guerra y los servicios de inteligencia de los Estados Unidos. Evidentemente, los autores de los tres informes sobre el Islam que se discuten aquí deben ser considerados como neo-orientalistas con el claro propósito de desprestigiar al Islam.

Cuando los países europeos comenzaron sus largas campañas de colonización y conquista del resto del mundo para su propio beneficio, conminaron a sus universitarios y misioneros a ayudarlos en esta tarea. Orientalistas y misioneros, a menudo coincidiendo ambas cosas en las mismas personas, fueron los servidores de los gobiernos imperialistas, que usaron sus servicios para subyugar o debilitar al enemigo. El estudio académico de Oriente por Occidente fue motivado a menudo, y a menudo cooperó codo con codo, con los propósitos imperialistas de los poderes coloniales europeos. En la base del orientalismo estaba la máxima “Conoce a tu enemigo”. Lo mismo puede aplicarse a los actuales orientalistas de la Rand Corporation.


Fuente: American Muslim Perspective
Traducción Observatorio de la Islamofobia