Las universidades de Gran Bretaña son conminadas a espiar a los musulmanes




por Vikram Dodd


Los profesores y el personal de universidades de toda Gran Bretaña han sido llamados a espiar a estudiantes musulmanes y “de aspecto asiático” que se sospeche vinculados al extremismo islámico y a la violencia terrorista, ha podido saber The Guardian.

Se ha requerido su colaboración para informar sobre los estudiantes a la Sección Especial [1], porque el gobierno británico cree que los campus se han convertido en “terrenos fértiles de reclutamiento” para extremistas.

El Ministerio de Educación ha diseñado una serie de propuestas que serán remitidas a las universidades y a otros centros de educación superior antes de final de año. El documento de 18 páginas reconoce que las universidades pueden sentirse incómodas por pasar información a la Sección Especial, por el miedo que implica “colaborar con la ‘policía secreta’. Añade que habrá “preocupación sobre el hecho de que la policía tenga como objetivo a ciertos sectores de la población estudiantil (los musulmanes)”.

Las propuestas han creado inquietud entre los académicos, y enojo en las asociaciones musulmanas británicas, en un momento en que algunos ministros están en el ojo de las críticas por asuntos como el llevar el “velo” o forzar a las escuelas islámicas a aceptar alumnos de otras confesiones.

Wakkas Khan, presidente de la Federación de Asociaciones Islámicas de Estudiantes de Gran Bretaña, ha declarado: “Creo que es potencialmente la mayor infracción a los derechos de los estudiantes musulmanes que se ha producido en la historia de este país. Tiene claramente como objetivo a los estudiantes musulmanes, tratándolos con un alto nivel de sospecha y vigilancia. Es como si fueras culpable hasta que se demuestre lo contrario.”

Gemma Tumelty, presidenta de la Unión Nacional de Estudiantes, ha dicho: “Van a tratar a cada musulmán como sospechoso en base a su fe. Esto va camino del macartismo”.

El documento, que ha sido obtenido por The Guardian, fue enviado este mes a determinados organismos oficiales para su consulta y revela con claridad lo que las autoridades consideran que está pasando en las universidades.

El documento argumenta que las asociaciones islámicas en las universidades se han vuelto más políticas en los últimos años, y propone el seguimiento de sus publicaciones y oradores. Alerta sobre la captación de talentos en los campus por parte de los terroristas, y sobre estudiantes a los que “se prepara” para el extremismo.

En una sección sobre los factores que pueden radicalizar a los estudiantes, el documento identifica a los musulmanes procedentes de entornos “segregados” como más propicios para mantener puntos de vista radicales que los que se han “integrado en la sociedad”.

También defiende que los estudiantes que estudian en los suburbios pueden actuar como vínculos entre el extremismo de los campus y el de los barrios.
El gobierno quiere que las universidades repriman duramente el extremismo, y el documento dice que el personal de los campus debe dar voluntariamente información a la Sección Especial y “no esperar a ser contactados por los detectives”.

En el texto se dice: “La Sección Especial es consciente de que muchas instituciones de educación superior tendrán ciertos reparos en colaborar estrechamente con la Sección Especial. Algunos de estos reparos son que las instituciones serán vistas como colaboradoras de la ‘policía secreta’. Las instituciones de educación superior pueden estar preocupadas también acerca de lo que la Sección Especial va a hacer con la información suministrada por una institución de educación superior, y las acciones que subsecuentemente vaya a tomar la policía… La Sección Especial no es la ‘policía secreta’ y trabaja responsablemente.”

El documento dice que la radicalización en los campus no es algo visible: “Aunque la radicalización puede no ser algo manifiesto, hay ciertas evidencias que sugieren que algunos estudiantes de los centros de educación superior se han visto envueltos en actividades relacionadas con el terrorismo, entre lo que se incluye radicalizar activamente a compañeros estudiantes en los campus”. El documento añade: “Quizás lo más importante es que las universidades y los centros de estudio son un terreno fértil para el reclutamiento de estudiantes”.

“Hay diferentes categorías de estudiantes que pueden ser ‘absorbidos’ por una ideología extremista islamista… Hay los que son nuevos en el ambiente de una universidad o en un centro de estudios y, al buscar amigos o grupos, son vulnerables a ser ‘captados’ por individuos con sus propios planes. Hay los que pueden buscar activamente a extremistas con los que asociarse. Los campus suministran oportunidades a los que ya están radicalizados para formar nuevas redes y extender las existentes.”

El documento hace un llamamiento urgente a poner la mayor atención en las asociaciones islámicas universitarias y –bajo el título “oradores radicales inspiradores”- afirma: “Las asociaciones islámicas suelen invitar a oradores radicales o predicadores a los campus… Estos pueden ser convincentes, persuasivos y elocuentes. Son capaces de llenar el vacío que en los sentimientos de los jóvenes musulmanes ha creado el distanciamiento con la generación de sus padres, suministrándoles una mayor “claridad” desde un punto de vista islámico sobre una serie de temas, y potencialmente una mayor sensación de autoconfianza en cómo los estudiantes musulmanes pueden responder”.

El documento propone que se vigile a los oradores invitados a los actos de las asociaciones musulmanas: “El control de las asociaciones islámicas universitarias por ciertos extremistas puede jugar un importante papel en la difusión del extremismo islámico en los campus”.

El documento dice que extremistas en potencia pueden ser captados en los actos en la universidad y luego reconducidos fuera de los campus. Da cinco ejemplos de la vida real sobre extremismo en las universidades. El primero habla de la utilización sospechosa de un ordenador por parte de estudiantes “asiáticos”, que fue reportada por el personal de la biblioteca. En un lenguaje que muchos considerarían intolerable, habla de los estudiantes de “aspecto asiático” como sospechosos de extremismo.

Una fuente del Ministerio de Educación declaró a The Guardian: “Hay cantidades de pruebas puntuales de radicalización. Al mismo tiempo hay gente que la fomenta con intereses propios, y el gobierno tiene que buscar el equilibrio”.


[1] La Sección Especial (Special Branch) es la sección de la policía británica, irlandesa y de muchos países de la Commonwealth, encargada de las amenazas a la seguridad nacional, entre ellas terrorismo, separatismo y otras actividades extremistas (De Wikipedia en inglés).


Fuente: The Guardian, 16 de octubre de 2006
Traducción Observatorio de la Islamofobia