Los Estados Unidos son los primeros




por Paul Craig Roberts



¿Qué país es un "estado delincuente"? ¿Iraq? ¿Irán? ¿O los Estados Unidos de América? El columnista Charley Reese se hace esta pregunta en un artículo que acaba de publicar.

Reese señala que es Estados Unidos el país que sistemáticamente está cometiendo "actos de agresión por todo el planeta".

El gobierno de Estados Unidos no tiene escrúpulos en lanzar bombas sobre civiles, sea en Serbia, Oriente Medio o África. Todo es por una buena causa – nuestra causa.

Esta carnicería de poblaciones extranjeras no parece molestar a la opinión pública estadounidense. Los estadounidenses damos por supuesto que los estadounidenses somos superiores, y que los objetivos de Estados Unidos, sean éstos cuales sean, son más importantes que los derechos de cualquier otro pueblo a la vida y a la existencia política independiente de la hegemonía estadounidense.

El régimen de Bush ha ganado popularidad con una doctrina "preventiva" que justifica el atacar a cualquier país del mundo para prevenir que ese país pueda convertirse en una futura "amenaza" a los Estados Unidos. "Amenaza" se ha definido en un sentido muy amplio. Parece significar incluso la capacidad de oponerse a la imposición de la hegemonia USA. Esta demente doctrina justifica incluso el ataque a China y a Rusia, una dirección en la que parece inclinarse el candidato presidencial republicano John McCain.

La insensibilidad de los estadounidenses respecto a las vidas de otros pueblos es estremecedora. ¿Cuántas iglesias cristianas de aquí piden perdón a Dios por haber caído en un error que ha asesinado, lisiado y desplazado a una cuarta parte de la población iraquí?

¿Cuántas iglesias cristianas de aquí piden a Dios mejor guía para nuestro gobierno, para que haga que no se repitan el error y los crímenes atacando a Irán?

La indiferencia de los estadounidenses por otros seres humanos procede del "excepcionalismo americano": la creencia del carácter excepcional de los Estados Unidos, y de que los estadounidenses están bendecidos por la misión especial de imponer sus virtudes al resto del mundo. Como a los revolucionarios franceses, a los estadounidenses no parece importarles cuánta gente puedan matar en el proceso de difundir su excepcionalismo.

El excepcionalismo americano ha hinchado las cabezas de los estadounidenese, llenándolas de chovinismo y engreimiento, y haciendo creer a los estadounidenses que son la flor y nata del mundo.

En su libro "Freedom Next Time", John Pilger muestra el engreimiento completo de los gobiernos estadounidense, británico e israelí, cuyas políticas no están coartadas por ningún principio moral.

Pilger documenta por ejemplo el caso de la desaparición de los habitantes de las islas de Diego García (Océano Indico). Los estadounidenses querían Diego García para una base aérea, por lo tanto los británicos recogieron a los 2000 habitantes, personas con pasaporte británico bajo protección británica, y los deportaron a la isla Mauricio, a unas mil millas de distancia.

Para encubrir este crimen contra la humanidad, el ministerio de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth británico creó la mentira de que los habitantes, que vivían en el archipiélago desde hacía dos o tres siglos, eran una "población flotante". Esta mentira, escribió un jurista, sirvió para sustentar "nuestros argumentos de que el territorio no tenía población indígena o asentada".

El primer ministro Harold Wilson y el secretario de Asuntos Exteriores Michael Stewart prepararon juntos el engaño para las Naciones Unidas sobre los isleños deportados, que consistía en "presentar todo como cambios de empleo para trabajadores contratados, no como un reasentamiento de la población".

Todo un pueblo fue deportado. Dos mil personas estorbaban un objetivo estadounidense -una base aérea- por lo tanto nuestros dependientes británicos los deportaron.

Varios millones de palestinos estorban un objetivo israelí. El detallado informe de Pilger sobre el aplastamiento de los palestinos por Israel demuestra que nuestro "aliado democrático" en Oriente Medio es capaz de cualquier atrocidad y no tiene ningún remordimiento o compasión. Israel es un alumno aventajado de las actitudes de los imperios británico y americano hacia los seres inferiores. Simplemente no cuentan.

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Paul Craig Roberts es antiguo Vicesecretario del Tesoro de los Estados Unidos y editor asociado del Wall Street Journal. Una nueva edición de su libro The Tyranny of Good Intentions [La tiranía de las buenas intenciones], escrito en colaboración con Lawrence Stratton, un documentado informe de cómo los estadounidenses están perdiendo sus derechos civiles, acaba de ser publicada por Random House.


Fuente: World View News Service, 3 de julio de 2008
Traducción Observatorio de la Islamofobia


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