Bush invoca la amenaza de la "Tercera Guerra Mundial"



por Patrick Martin



Como sucede en todas sus apariciones ante los medios, la conferencia de prensa ofrecida por el presidente George W. Bush el pasado miércoles estuvo llena de incongruencias, evasivas y jactancia. Bush convocó la conferencia de prensa para presentarse a sí mismo como oponente al excesivo gasto federal, que significa para él menos miles de millones para el seguro médico infantil en el presupuesto que vetó la semana pasada, no los cientos de miles de millones que su gobierno ha derrochado en las guerras de Iraq y Afganistán o los billones de rebajas de impuestos para los ricos.

La monotonía de su vigésima conferencia de prensa de este año se rompió cuando Bush fue preguntado por la visita del presidente ruso Vladimir Putin a Teherán, ampliamente percibida como un desafío a la campaña del gobierno Bush para aislar a Irán y preparar el camino para una acción militar contra este país. Putin participó en una reunión de los cinco estados ribereños del mar Caspio, donde cada uno se comprometió a no permitir el uso de su territorio para acciones militares contra cualquiera de los otros.

Bush fue preguntado por la declaración de Putin, realizada con el presidente iraní Ahmadinejad a su lado, de que no hay evidencia de un intento iraní por fabricar una bomba nuclear y que ningún país debería amenazar con ataques militares a Irán.

Refiriéndose al gobierno iraní, Bush declaró: "Creo que ellos quieren tener la capacidad, los conocimientos para hacer un arma nuclear. Y yo sé que es en interés del mundo que hay que evitar que lo hagan. Creo que el iraní... que si Irán tuviera un arma nuclear, esto sería una peligrosa amenaza para la paz mundial. Tenemos un líder en Irán que ha anunciado que quiere destruir a Israel. Así que le hemos dicho a la gente... si estáis interesados en evitar la Tercera Guerra Mundial, deberíais interesaros en evitar que ellos tengan los conocimientos necesarios para hacer un arma nuclear".

Antes de analizar esta notable declaración, permítanme considerar la reacción de los periodistas reunidos en la conferencia de prensa. El presidente de los Estados Unidos, el hombre que proverbialmente tiene su dedo sobre el botón nuclear, ha emitido una amenaza de guerra mundial. Su lenguaje -"Tercera Guerra Mundial"- sugiere el uso del arsenal nuclear estadounidense contra un país de 75 millones de habitantes, lo que representaría un acto de asesinato de masas sin parangón en la historia de la humanidad.

Pero ni un solo representante del "cuarto estado" decidió formular pregunta alguna sobre el tema. Ni uno preguntó por qué un conflicto entre Irán y los Estados Unidos se volvería global, o qué países del mundo serían los beligerantes, o qué armas utilizaría Estados Unidos contra Irán u otros objetivos. Hubo unas cuantas preguntas inconexas sobre los viajes diplomáticos de la secretaria de estado Condoleezza Rice a Oriente Medio, sobre la crisis del mercado de la vivienda, sobre el veto al seguro médico, sobre Iraq y la tortura, y después la conferencia de prensa terminó.

La cobertura mediática tuvo un estilo superficial similar. Los primeros servicios por cable y los noticieros ni siquiera prestaban atención al "detalle" de la Tercera Guerra Mundial. Ni tampoco NBC News incluyó en sus noticias de la noche esta extraordinaria amenaza: hubo sólo alusiones relativamente breves en las noticias de los diarios, y ni un sólo editorial expresó la mínima oposición.

El lenguaje de la amenaza de Bush se merece un análisis. Él dijo: "Si estáis interesados en evitar la Tercera Guerra Mundial, deberíais interesaros en evitar que ellos tengan los conocimientos necesarios para hacer un arma nuclear". Esto representa un nivel más allá de las amenazas usadas en la guerra de Estados Unidos contra Iraq, cuando el gobierno de Saddam Husein fue acusado primero de poseer armas de destrucción masiva y luego, cuando tales armas se demostró que no existían, acusado retroactivamente de haber tenido la intención de construirlas. Nunca "tener los conocimientos necesarios" para construir "armas de destrucción masiva" había justificado una "guerra preventiva" de los Estados Unidos.

Mas aún, ¿qué significa exactamente "evitar que tengan los conocimientos"? ¿Cómo pretende el gobierno USA imponer un bloqueo a técnicas que, en el 62 aniversario de Hiroshima y Nagasaki, han llegado a ser ampliamente conocidas por quienes se dedican a la industria nuclear a lo largo de todo el mundo? ¿Matarán a cada científico e ingeniero de Irán? ¿Matarán a cada iraní que pueda algún día convertirse en científico o ingeniero?

El aspecto más importante de la declaración de Bush es lo que revela sobre las deliberaciones internas que debe tener el aparato de seguridad nacional estadounidense. Bush dista mucho de ser un pensador original o de amplias miras, y difícilmente llegaría a tener un comentario sobre la amenaza de una Tercera Guerra Mundial si esto no se discutiera activamente en la Casa Blanca, el Pentágono, el Departamento de Estado y la CIA.

Está claro que el gobierno Bush pretende iniciar una confrontación militar con Irán bajo cualquier pretexto, como por ejemplo el de una implicación iraní en la resistencia anti-USA en Iraq, o el de un ataque terrorista presentado como financiado por Irán, o este supuesto proyecto de armas nucleares de Irán. Cualquier pretexto que pueda llevar las cosas hasta una conflagración abierta.

Israel se implicaría inmediatamente, si no provocaría directamente el conflicto mediante un ataque aéreo "preventivo" contra las instalaciones nucleares de Irán. El ataque israelí a Siria del mes pasado es considerado por la mayoría como un ensayo para una acción de este tipo. Significativamente, al día siguiente de la aparición de Putin con Ahmadinejad en Teherán, el primer ministro Ehud Olmert viajó a Moscú, sin previo aviso, para mantener conversaciones con el presidente ruso.

Un conflicto USA-Irán puede fácilmente crecer hasta una guerra más amplia, que implicaría a los regímenes comparsas de Estados Unidos entre los estados árabes, a Gran Bretaña, tal vez a Francia, y a cuantos estados clientes de los Estados Unidos puedan ser empujados a una nueva "coalición de la voluntad" al estilo de Iraq.

La postura belicista de Bush tiene el respaldo de toda la clase política estadounidense. Todos los principales candidatos presidenciales, tanto demócratas como republicanos, han declarado ya que no "tolerarán" o "permitirán" un Irán con armas nucleares, y todos han gritado su oposición a la pretendida "interferencia" iraní en Iraq. En casi cada debate presidencial republicano, los principales candidatos van ido incluso más lejos que el gobierno Bush, preconizando de manera explícita el uso de armas nucleares contra los centros de investigación y de energía nuclear de Irán.

La senadora Hillary Clinton, en cabeza de la nominación demócrata a la presidencia, ha proporcionado un argumento adicional para la guerra contra Irán, al decir en un mítin en Carolina del Sur el pasado sábado que cualquier intento de Irán de interrumpir el trasvase de las reservas de petróleo desde el golfo Pérsico llevaría aparejada una represalia militar.

La única reserva que expresó fue la necesidad de conseguir reunir apoyo internacional para una guerra de este tipo. "Desearía que el mundo viese que esto era una acción de último recurso, no de primer recurso", dijo. "Porque necesitamos que el mundo esté de acuerdo con nosotros sobre la amenaza que Irán plantea para todos".

Al mismo tiempo, el recientemente nombrado presidente de la Junta de Jefes, el almirante Michael Mullen, declaraba a los periodistas en el Pentágono que los Estados Unidos tenían "reservas más que suficientes" para llevar a cabo una acción militar contra Irán, si lo ordenaba la Casa Blanca.


Fuente: World Socialist Web Site, 19 de octubre de 2007
Traducción Observatorio de la Islamofobia